Hace algunos días conversaba con una mamá en mi escuela sobre cómo manejar situaciones conductuales en su niño. Desesperada me explicaba que a la hora de recoger juguetes, eran largas e intensas las pataletas: “tiraba todo, se tiraba al piso y luego de esa batalla campal todos quedamos ayudando a recoger y hasta consolándolo!”.
La conversación fue larga, tratando de calmarla primero, ante la insistente pregunta hacia ella misma: ¿qué es lo que estoy haciendo mal? Todo y nada le dije. Los niños no necesitan regaños necesitan reglas. Extenuada me decía: Qué reglas, si no quiere seguir ninguna!!!. Queridos mamás y papás, no hay magia en esto. Reglas son aquellas que damos siempre de la misma manera y siempre tienen un fin.
Una regla no es una orden y menos una gritería y desorganización. Le explico a la angustiada madre que golpes, nalgadas y gritos son actos de violencia hacia nuestros hijos. Necesitamos conectarnos con ellos antes de corregirlos. Esa es la razón de la regla y de aprender a seguirla, evitando así el castigo continuo y la desconexión.
La sugerencia es sencilla:
Guarda la mayoría de los juguetes que hay en el cuarto de tu niño. Demasiados juguetes, van a costar más guardarlos.
Crea la regla: Hay que guardar los juguetes antes de dormir.
Invita al niño, poniéndote a nivel de él y dile que es hora de ir a dormir y que los juguetes también se van a dormir así que hay que guardarlos. Ayúdalo mientras recoge y felicítalo cuando termina, invitándolo entonces a bañarse y ponerse la piyama, que deben ser las reglas que siguen.
Repite esto con constancia y sin excepciones. Aplica el mismo principio para enfrentar otras situaciones.
Recuerda frente a las rabietas:
Nunca pierdas el control.
Evita explicaciones largas.
Siempre agáchate ponte a nivel de tu hijo.
Usa palabras simples.
No grites, mantén el tono de tu voz dulce y cálido.
Y luego de la pataleta habla con él o ella y explícale lo que sucedió y abrázalo. Hazle saber tu amor, pero con firmeza recuérdale la regla:¨Hay que guardar los juguetes antes de dormir¨.
Todos estos principios provienen de la metodología “La Disciplina Positiva” que son herramientas y técnicas de aplicación práctica para impulsar a los adultos y a los niños a corregir sus conductas inapropiadas a través del autoconocimiento, auto-disciplina, responsabilidad, actitud colaboradora y habilidades para resolver problemas.
Recuerden: La Disciplina Positiva es educar desde la amabilidad y la firmeza.
Dra. Eneida A. Ferrer
Doctora en Fonoaudiología y Patología del Lenguaje
Fundadora y Directora del Centro Alcanzar, S.A y del Instituto Preparatorio Pedagógico
Mamá de 4 hijos y abuela de 3 nietos.
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